¿Cuál creéis que será su impacto en España?
En España estamos muy bien posicionados a nivel internacional en materia de Hyperloop. Contamos con el apoyo de los ministerios de Ciencia y de Fomento para su regulación y, en cuanto a desarrollo, somos uno de los polos más importantes de Europa. Si algo tenemos en España es experiencia sobrada en materia ferroviaria, energética y de infraestructuras; y desde Zeleros apostamos por liderar el desarrollo tecnológico. Estamos convencidos de que las buenas ideas no solo se generan al otro lado del charco, y que debemos valorar a los inventores nacionales si queremos generar valor y no ser un país productor de las ideas de otros.
A nivel de implantación, también estamos evaluando posibles rutas y no descartamos la creación de proyectos piloto que deriven en infraestructuras de larga distancia, aunque esto dependerá de muchos factores. El mercado es, sin duda, internacional, y nuestro enfoque es global.
¿Qué diferencias hay entre vuestra propuesta y otras que se están llevando a cabo en otros países como Japón y China?
Normalmente, los sistemas que ya existen en China y en Japón consisten en situar bobinas de cobre a lo largo de toda la infraestructura, y sirven para propulsar y hacer levitar el vehículo. El problema de estos sistemas es su elevado coste, porque exige la instalación de material a lo largo de todo el recorrido. Existen pocas rutas, y hasta ahora la mayor distancia cubierta es de 30 kilómetros. En Zeleros identificamos que eso suponía un problema a la hora de crear recorridos de larga distancia, así que creamos un sistema en el que la levitación y la propulsión ya están en el vehículo. Nuestro objetivo es ofrecer la mejor experiencia de usuario: que los pasajeros no tengan que subirse al Hyperloop con trajes de astronauta y que, en caso de emergencia, simplemente bajen las mascarillas como ocurre, por ejemplo, en un avión.