¿Cómo comenzó la historia de Idoven? ¿Cuál es su actividad?
Idoven nació de la unión de un cardiólogo, un ingeniero y un emprendedor que tuvimos la idea de intentar enseñar cardiología a un software. Así que empezamos a escribir código y a investigar. Cuando vimos que el software de inteligencia artificial era capaz de aprender cardiología, decidimos llevar un producto al mercado. En Idoven analizamos la actividad eléctrica del corazón (también conocida como electrocardiograma) y empleamos inteligencia artificial para elaborar un diagnóstico médico. Ofrecemos este servicio a hospitales, médicos y empresas que quieran analizar los electrocardiogramas de sus pacientes o empleados. Asimismo, cualquier persona que lo desee puede contratarnos a través de nuestra página web y solicitar nuestros servicios. Ofrecemos estudios que graban el corazón durante distintos periodos de tiempo (24 horas, 7 días y hasta 21 días) para poder llevar a cabo una medicina muy precisa y diagnosticar si ese corazón está bien o, si tiene algún problema, buscar una solución.
La crisis de la COVID-19 ha puesto el sistema de salud bajo un fuerte estrés. ¿Cómo ha afectado esta situación a Idoven en concreto?
La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia que el sistema sanitario es un sistema que hay que proteger. También que los médicos no pueden estar dedicando su tiempo a tareas repetitivas en las que aportan poco valor y que, además, una máquina puede hacer mejor. Ese proceso de automatización que hacemos utilizando inteligencia artificial ha cobrado aún más sentido durante esta crisis. Para hacernos una idea, en nuestra página web entraban entre 2.000 y 3.000 personas al mes y, en cuatro días des del inicio de la pandemia, llegaron a acceder hasta 60.000 personas. Esos visitantes buscaban en webs como la nuestra soluciones de telemedicina, asistencia en remoto o cardiología a distancia, que es lo que nosotros hacemos. Yo creo que estas soluciones han venido para quedarse, que todos los sistemas de salud del mundo se han dado cuenta de que hay que implantarlas. También que tenemos que hacer desaparecer esas barreras que plantean los hospitales para poder llevar la medicina allí donde esté el paciente, viva donde viva.
¿Qué ventajas pueden aportar soluciones como la que vosotros planteáis para el propio sistema sanitario?
Cada día, unas 800.000 horas de personal médico altamente cualificado se dedican a analizar electrocardiogramas. Nosotros estamos automatizando ese proceso: ayudamos a que ese análisis se efectúe de manera automática para dar soporte a esos médicos y ayudarlos a llegar a un diagnóstico más rápidamente. Los hospitales nos envían, a través de la nube, los registros de los pacientes, y nosotros los analizamos. Así, reducimos los costes del sistema hospitalario y los tiempos de las listas de espera. Esta es la propuesta de valor clara que ofrecemos a los hospitales. Para los pacientes, nuestra propuesta consiste en trasladar la medicina allá donde vivan gracias a la cardiología a distancia.
Más allá del contexto hospitalario, ¿en qué otras áreas se puede aplicar vuestra tecnología?
Además de aportar valor a hospitales y pacientes, también lo aportamos a los deportistas. En Idoven analizamos los corazones de las personas que practican deporte, tengan el nivel o la edad que tengan. Sin importar dónde estén localizadas, observamos con detalle el funcionamiento de su corazón, bien porque desean correr una maratón o, simplemente, practicar deporte de forma segura. Iker Casillas, que sufrió un infarto mientras entrenaba, ha visto muy clara esa propuesta de valor, y por eso ha decidido invertir en nuestra compañía. También podemos analizar a empleados de empresas de cualquier sector, a quienes ofrecemos exámenes de salud.
La utilización de inteligencia artificial es una de las partes más novedosas de vuestra solución. ¿En qué consiste la donación de latidos que habéis puesto en marcha?
La donación de latidos es una de las partes más bonitas de nuestra historia. Nuestros algoritmos de inteligencia artificial aprenden de cada latido, con la ayuda de los cardiólogos e ingenieros que formamos parte del equipo. Mediante ese proceso, la máquina aprende cada vez más cardiología y también a desarrollar una medicina cada vez más precisa. Gracias a la ayuda de todos los que deciden formar parte de esto voluntariamente y donar latidos reales, esta tecnología podrá, a su vez, ayudar cada vez a más médicos y más pacientes. Cualquier persona puede participar y convertirse así en uno de los primeros donantes de latidos del mundo.
¿Cómo creéis que pueden ayudar vuestros servicios a extender una cultura de la prevención entre la población en general? Y ¿qué impacto puede tener la implantación de esta cultura sobre la sociedad en general?
La medicina busca detectar cada vez de forma más temprana los problemas que pueda tener un paciente en un órgano, como es el caso del corazón. Esto es así porque sabemos que, cuanto antes actuemos sobre un problema, mejor será la evolución del paciente. De hecho, los pacientes que se diagnostican tarde tienen peor pronóstico. Para prevenir problemas como la (mal llamada) muerte súbita o los infartos, es necesario desarrollar campañas en las que observemos el corazón con mucho detalle, con la ayuda de la tecnología y el big data. Esa gran cantidad de información es la que nos permitirá conseguir una medicina mucho más precisa.
De cara al futuro, ¿cómo será Idoven? ¿Cuáles son vuestros planes?
Queremos llevar esta tecnología a distancia a cualquier parte del planeta. Lo haremos poco a poco: hoy ya diagnosticamos en remoto los corazones de pacientes de países como España, Portugal, Holanda, Bélgica, el Reino Unido, México o Alemania, sin importar en qué parte de esos territorios viven. Más adelante, queremos llegar a todo el mundo creando esas nubes a las que se podrán conectar hospitales de cualquier país para poder llevar esta cardiología de precisión y a distancia a pacientes de cualquier punto del globo.
¿Qué significa para vosotros haber ganado la fase sectorial de los Premios EmprendedorXXI?
Recibir el Premio EmprendedorXXI ha sido una gran alegría para todo el equipo. Estamos muy agradecidos a CaixaBank, Enisa y el resto de los organizadores de estos premios. Creo que es un reconocimiento de la necesidad de start-ups como la nuestra: pequeñas estructuras con un gran componente de innovación y que desarrollan tecnología para solucionar un problema real. En nuestro caso, para ofrecer una vida mejor y más sana a los pacientes.