01/08/2019
Tras años trabajando en empresas de reventa de entradas, el actual equipo de Tracer detectó que la reventa de entradas no aportaba valor ni a los organizadores ni a los compradores y, a partir de una base tecnológica, decidió enfrentarse al problema y dar transparencia a este mercado. Hoy en día, Tracer cuenta con un equipo internacional que opera en 15 países. Entrevistamos a Alberto Martínez, general manager y cofundador de Tracer, para conocer mejor el proyecto.
¿Qué ha supuesto para vuestra empresa ganar uno de los Premios EmprendedorXXI?
Para nuestra empresa ha supuesto un salto, tanto por el reconocimiento público de un proyecto en el que llevamos trabajando mucho tiempo, como por la oportunidad de trabajar junto a CaixaBank. Creo que ambas cosas son realmente importantes para nuestro crecimiento empresarial y que, de alguna manera, empujan y hacen más fuerte todo lo que ya estaba creado.
La idea de crear Tracer surge de una experiencia laboral previa en empresas de ticketing (reventa de entradas). ¿Qué problemas y situaciones de mala praxis detectasteis en su modo de actuación para decidiros a crear vuestra propia compañía?
Efectivamente, parte del equipo de Tracer viene de otras empresas de reventa de entradas. Esta es una de las razones por las que desarrollamos el Smart Ticket: nos dimos cuenta que la reventa es ineficiente, porque se beneficia del mercado del que forma parte, pero no le aporta ningún valor. Nos encontramos desde problemas con clientes que veían que habían pagado un sobreprecio desorbitado, y se sentían engañados, hasta otros relacionados con la autenticidad de las entradas. Es un negocio centrado en hacer dinero a costa del perjuicio de las personas que acuden a estos eventos en directo y también de los organizadores, que ven como el precio que ellos ponen y la parte que se llevan es ínfima si comparamos con lo que pueden llevarse las empresas de reventa.
¿Con qué objetivo nace Tracer y en qué se diferencia de otras compañías dedicadas al ticketing?
Tracer nace con el objetivo de devolver el poder y el control de las entradas a los verdaderos propietarios. Nosotros somos una empresa tecnológica, y eso es una gran diferencia respecto a otras del sector, que sigue siendo muy tradicional en aspectos básicos pero claves como, por ejemplo, la recogida de datos. Desde Tracer hemos apostado por la transparencia, por trabajar codo con codo con los organizadores de los eventos para así crear el mejor sistema de venta de entradas adaptado a sus necesidades y a su público.
Tracer ofrece al usuario sus servicios a través de dos canales: Smart Ticket y HelloTickets. ¿En qué consisten? ¿Cuáles son sus ventajas para los fans, los organizadores y los artistas?
El Smart Ticket usa toda nuestra tecnología para meterse en el móvil del usuario en forma de QR dinámico, y permite a los organizadores controlar el flujo completo de compra de entradas. Gracias a diferentes filtros, el Smart Ticket impide la reventa de esas entradas o la permite siguiendo en todo momento las reglas del organizador. Esta es la verdadera novedad desde el punto de vista tecnológico. Por lo que respecta a HelloTicket, es nuestra plataforma global de venta de entradas, que se encuentra ya en funcionamiento y que supone un canal de distribución inmenso para cualquier evento. Los fans de Italia pueden comprar entradas para un festival en España y hacerlo de forma absolutamente local. Para los organizadores y artistas es una cuestión de exposición: llegarán a millones de potenciales asistentes.
¿Qué papel fundamental juegan los smartphones en vuestro sistema?
El smartphone es la herramienta sobre la que se apoya el Smart Ticket. Actualmente los teléfonos inteligentes forman parte de nosotros como una parte más del cuerpo. ¿Por qué no aprovecharnos de eso para simplificar las cosas? El Smart Ticket vive en nuestro teléfono y eso es lo que lo hace más seguro, porque cada entrada irá asociada a un dispositivo.
¿Cómo habéis conseguido frenar el fraude en la venta de entradas con vuestra propuesta?
Evitar el fraude al 100% es una misión realmente complicada, pero hemos conseguido dar con varios puntos que van a hacerlo prácticamente imposible: el Smart Ticket no es estático, de manera que no sirven las capturas de pantalla, va asociado a un dispositivo y para transferir la entrada hemos creado un método que obliga que ambas personas estén o bien juntas o bien en contacto directo, de manera que la compra de centenares de entradas para revenderlas a desconocidos no podría llevarse a cabo de forma sistemática.
¿Qué ventajas ofrece la tecnología blockchain para Smart Ticket?
Blockchain es el sistema en el cual nosotros volcamos esa información recogida en el Smart Ticket, de manera que nos asegura que cada transacción quede grabada y esa información no pueda ser alterada sin permiso y conocimiento de los organizadores de los eventos.
¿Qué es y en qué puede ayudar al usuario y a los organizadores de eventos vuestra API?
Nuestra API estandariza miles de eventos de centenares de proveedores locales en diferentes partes del mundo. Esto significa que, con una sola conexión, las empresas pueden acceder a una gran cantidad de eventos en cualquier parte sin necesidad de preocuparse por hacer las integraciones con cada proveedor. Para el usuario significa tener una amplia selección de actividades y eventos en una sola página, con la comodidad que eso supone, y para los organizadores, la posibilidad de que sus eventos estén a disposición de múltiples canales de venta.
¿De dónde surge vuestra vocación internacional? ¿En cuántos países estáis presentes en la actualidad?
Somos un equipo internacional y tenemos una visión global del mercado. Para nosotros sería imposible pensar solo en un país en el que desarrollar una idea, porque precisamente fue concebida para ser transversal y ayudar a que las fronteras desaparezcan, tanto para los usuarios que viajan y se mueven en busca de experiencias únicas, como para los organizadores de eventos que encuentran clientes mucho más allá de sus países de origen. Ahora mismo estamos en España, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Holanda, México, Brasil, Argentina, Colombia y Estados Unidos.
¿Por qué es tan importante ofrecer el servicio en el idioma del usuario?
Primero, por la vocación de ponerle las cosas fáciles al cliente que compra y, segundo, porque es nuestra manera de posicionarnos en los países en los que estamos. Google muestra antes las páginas en el idioma en el que se está haciendo la búsqueda.
¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Ahora mismo estamos desarrollando el Smart Ticket para equipos deportivos concretos y trabajando duro para que la próxima temporada sea una realidad. Con Hellotickets, estamos a punto de lanzar 8.000 experiencias en más de 50 destinos, que se suman a todo nuestro inventario anterior.
¿Qué os ha aportado, a nivel personal y profesional, vuestra experiencia como emprendedores?
Emprender es un aprendizaje constante y creo que a nivel profesional contribuye a que busques siempre el máximo esfuerzo con los mínimos recursos, que eso es algo que en las start-ups sabemos hacer muy bien. A nivel personal, es una exigencia constante y es cierto que acaba formando parte de tu vida hasta un punto del que no es fácil desconectar. Pero, al mismo tiempo, te aporta la satisfacción de estar trabajando en una cosa en la que crees y que ves crecer.
¿Por qué pensáis que una persona debe arriesgarse a emprender su propio negocio?
Desde mi punto de vista, es una forma de crecimiento personal y laboral. Emprender aporta valor al sector del que formas parte, es la capacidad de generar empleo, de llevar a cabo una idea que está en tu cabeza y que es capaz de transformarse en algo tangible.
¿Cómo ves el mapa del emprendimiento en España?
Creo que, en nuestro país, en los últimos años han nacido grandes empresas que evolucionaron desde start-ups muy pequeñas. Eso demuestra que hay algo que está cambiando y de que hay profesionales con inquietudes y con aptitudes, capaces y valientes, para emprender y dar forma a sus proyectos. Además, este tipo de premios y otras iniciativas de empresas más grandes o de entidades bancarias incentivan enormemente el desarrollo de ideas y son, muchas veces, el punto de inflexión necesario para que el crecimiento se convierta en una realidad.